359. La escritura es una prótesis donde antes había una pierna, un signo donde antes vivió una cosa, un verso donde antes hubo amor. Las prótesis intelectuales remiten a un órgano de vida que se ha perdido; y este órgano es el chivo expiatorio de una divinidad oculta que ha permitido que nos perdamos en su pecho.
360. Ser cautos con la idea de la perdición y el extravío; el extravío considerado, no como el camino erróneo que surgió de un momento de decisión, sino como la conducta propia del hombre inteligente con respecto del propio ser que se manifiesta como mundo hacia nosotros.
361. No hay verdad auténtica cuya forma de darse no proceda desde nosotros mismos hacia nosotros mismos, y nunca desde la palabra falsificadora de un predicador. El concepto mismo de predicador lleva en sí su propia falsedad. Y siendo el predicador un profeta de la verdad, cuando en realidad sólo habla falsedades, en su actividad inflige el delito más grave hacia el conjunto de los hombres, que es el de la humillación indirecta de su juicio a través de la suposición de la inspiración divina de aquel.
362. La más auténtica de las existencias conlleva una cierta y necesaria vanidad. El estúpido no tiene problemas en mostrarse de forma modesta con respecto de los demás, pues que él ya ha decidido que va a callar y a aceptar con mansedumbre el aspecto superficial de las cosas mismas.
363. El verdugo de la moral dicta. El teólogo que cree en la libertad del hombre, razona, sin embargo, con el reo y le dice: “aún en tu consideración de fracasado, eres libre de elegir entre el método con el que quieres que te acribillemos: soga, puñal o guillotina”.
364. Algo es cierto: si no hubiese existido el cristianismo, tampoco habría nacido nunca el nihilismo. El cristianismo provoca con su surgimiento los enemigos interiores de su doctrina. Cuanto más auténtica o fuerte sea una doctrina, más violencia generará, y más fuerte se harán sus enemigos. Los pensamientos del hombre de hoy en día, son por eso tan solidarios. Y aquí se ve la relación implícita entre ese tipo de solidaridad que adormece y la energía del espíritu que no sufre ante sus dolorosas consecuencias.
365. Que el fenómeno no se agota en sí mismo lo demuestra el hecho de que el mismo fenómeno puede postularse en ocasiones de forma contradictoria. Esto es abrir una lanza por la metafísica, en el sentido de que es preciso analizar el fenómeno dado y mirar dentro cual es su razón propia de ser.
366. Si de verdad hubiera decidido libremente en este caso, alguien me llamaría la atención sobre lo absurdo de mi elección.
367. Nadie que haya atravesado realmente un infierno se podrá vanagloriar de ello, pues sólo el recuerdo de ese sufrimiento lo hará mantenerse con firmeza a un silencio sepulcral, donde no renazca el temor a padecerlo de nuevo.
368. El que se vanagloria de lo que ha escrito no sabe lo que ha escrito. Si así fuera, repudiaría a las personas que le recordaran el valor positivo de su obra.
369. Se escribe para superar y olvidar lo que se ha escrito.
370. Ya todos sabemos qué es lo que no consuela en la vida. Pero no basta con saber esto. Ahora habrá que investigar qué sí consuela en la vida. Porque aquello que debemos evitar está todo muy claro para la mayoría de nosotros, y sin embargo seguimos luchando día a día en contacto con el abismo.
371. El mundo nunca son los hechos del mundo. Más bien habría que decir: en los hechos el mundo se supera, se oculta, se desvanece, se afirma y se niega. El mundo es aquello que siempre escapa a los hechos.
372. El mundo no se compone sólo de hechos porque los hechos afirman la existencia de algo. Pero el mundo se compone de aquello que existe y también de aquello que no existe.
360. Ser cautos con la idea de la perdición y el extravío; el extravío considerado, no como el camino erróneo que surgió de un momento de decisión, sino como la conducta propia del hombre inteligente con respecto del propio ser que se manifiesta como mundo hacia nosotros.
361. No hay verdad auténtica cuya forma de darse no proceda desde nosotros mismos hacia nosotros mismos, y nunca desde la palabra falsificadora de un predicador. El concepto mismo de predicador lleva en sí su propia falsedad. Y siendo el predicador un profeta de la verdad, cuando en realidad sólo habla falsedades, en su actividad inflige el delito más grave hacia el conjunto de los hombres, que es el de la humillación indirecta de su juicio a través de la suposición de la inspiración divina de aquel.
362. La más auténtica de las existencias conlleva una cierta y necesaria vanidad. El estúpido no tiene problemas en mostrarse de forma modesta con respecto de los demás, pues que él ya ha decidido que va a callar y a aceptar con mansedumbre el aspecto superficial de las cosas mismas.
363. El verdugo de la moral dicta. El teólogo que cree en la libertad del hombre, razona, sin embargo, con el reo y le dice: “aún en tu consideración de fracasado, eres libre de elegir entre el método con el que quieres que te acribillemos: soga, puñal o guillotina”.
364. Algo es cierto: si no hubiese existido el cristianismo, tampoco habría nacido nunca el nihilismo. El cristianismo provoca con su surgimiento los enemigos interiores de su doctrina. Cuanto más auténtica o fuerte sea una doctrina, más violencia generará, y más fuerte se harán sus enemigos. Los pensamientos del hombre de hoy en día, son por eso tan solidarios. Y aquí se ve la relación implícita entre ese tipo de solidaridad que adormece y la energía del espíritu que no sufre ante sus dolorosas consecuencias.
365. Que el fenómeno no se agota en sí mismo lo demuestra el hecho de que el mismo fenómeno puede postularse en ocasiones de forma contradictoria. Esto es abrir una lanza por la metafísica, en el sentido de que es preciso analizar el fenómeno dado y mirar dentro cual es su razón propia de ser.
366. Si de verdad hubiera decidido libremente en este caso, alguien me llamaría la atención sobre lo absurdo de mi elección.
367. Nadie que haya atravesado realmente un infierno se podrá vanagloriar de ello, pues sólo el recuerdo de ese sufrimiento lo hará mantenerse con firmeza a un silencio sepulcral, donde no renazca el temor a padecerlo de nuevo.
368. El que se vanagloria de lo que ha escrito no sabe lo que ha escrito. Si así fuera, repudiaría a las personas que le recordaran el valor positivo de su obra.
369. Se escribe para superar y olvidar lo que se ha escrito.
370. Ya todos sabemos qué es lo que no consuela en la vida. Pero no basta con saber esto. Ahora habrá que investigar qué sí consuela en la vida. Porque aquello que debemos evitar está todo muy claro para la mayoría de nosotros, y sin embargo seguimos luchando día a día en contacto con el abismo.
371. El mundo nunca son los hechos del mundo. Más bien habría que decir: en los hechos el mundo se supera, se oculta, se desvanece, se afirma y se niega. El mundo es aquello que siempre escapa a los hechos.
372. El mundo no se compone sólo de hechos porque los hechos afirman la existencia de algo. Pero el mundo se compone de aquello que existe y también de aquello que no existe.
4 comentarios:
David ha vuelto a descubrir el hilo negro. Nuevas páginas plagiadas del inmenso arsenal de sabiduría pergeñado por Perogrullo.
Y aquí se ve la relación implícita entre ese tipo de solidaridad que adormece y la energía del espíritu que no sufre ante sus dolorosas consecuencias
Qué quiere decir esto?
No lo entiendo... :[
Hola, renton.
A veces, bajo la apariencia de un pensamiento solidario y tolerante, se oculta el miedo y la debilidad del propio. La idea común de la tolerancia puede ser razonada y desde luego tiene su fundamento, pero no siempre sucede que esto haya sido examinado de esta forma, de modo que cuando hay una ausencia de intención activa en el pensamiento es más fácil y "estético" el pensar común en el que sólo aparentemente somos mas tolerantes y comprensivos con los demás
saludos
Eso reduce toda buena intención a un acto hipócrita... :(
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